LA CRISIS

El momento de crisis comenzó cuando me dieron la carta negándome el semestre de prueba y ofreciéndome la posibilidad de hacer un semestre de recuperación académica par poder reintegrarme a mi carrera, pues había perdido en cupo.
Esta crisis se dio por etapas. Primero, se presentó una crisis emocional que se veía reflejada en mi actitud, pues consideraba que no debía estar en esa situación ya que mis capacidades daban para ser un estudiante regular destacado. Ese encontronazo de mis capacidades con mi falta de actitud y arrogancia se derivaron en una crisis psicológica que afectaron mi rendimiento durante el primer corte del semestre de recuperación.
La segunda etapa de la crisis se presentó en el segundo corte, cuando a principios del mismo decidí contarle a mi mamá que estaba haciendo un curso de nivelación, pues ella no sabía y me sentí en la obligación de decirle. Ahí, caí en una crisis emocional aún más fuerte que la primera pero que me ayudó a abrió los ojos y me hizo caer en cuenta que sí podía subir esas notas y mejorar mi actitud. A partir de ese momento, los instantes de crisis que había vivido a lo largo del semestre pasaron a un segundo plano y mi recuperación académica fue sorprendente (palabras dichas por los profesores).
Actualmente, estoy sufriendo tal vez no la peor crisis pero sí la más cercana a la realidad: la crisis del final de semestre. Considero que es una crisis pues en estos momentos mis pensamientos se dividen en dos: por un lado, pienso en mi reintegro, que sí es posible y por el otro pienso en qué sucedería si me lo negaran…